Error loading page.
Try refreshing the page. If that doesn't work, there may be a network issue, and you can use our self test page to see what's preventing the page from loading.
Learn more about possible network issues or contact support for more help.

¡Llegaron!

ebook
«Una de las voces más personales, controvertidas y exuberantes de la literatura actual en español». Jurado del Premio FIL de Literatura 2011 En las afueras de Medellín, a mitad de camino entre los pueblos de Envigado y Sabaneta y entre naranjos y limoneros, en la falda de una montaña se alzaba la finca de la infancia, Santa Anita, mirando hacia la carretera. Desde su corredor delantero los abuelos los veían venir. «¡Llegaron!», decían aterrados cuando en la primera cur va aparecía el Fordcito atestado de niños, como si fueran la plaga de la langosta. No. A Santa Anita no la tumbaron ellos, el narrador y sus hermanos: la tumbó el derrumbe de la montaña en que se alzaba, que en una temporada de lluvias se vino abajo y se la llevó. Hoy, cuando el narrador tiene la edad de los abuelos, los días turbios del presente se tiñen de un color azul. Un libro sobre un paraíso perdido en la pluma de uno de los escritores más burlones del idioma.

Expand title description text
Publisher: ALFAGUARA

OverDrive Read

  • ISBN: 9789588883809
  • File size: 607 KB
  • Release date: October 1, 2015

EPUB ebook

  • ISBN: 9789588883809
  • File size: 389 KB
  • Release date: October 1, 2015

Formats

OverDrive Read
EPUB ebook

subjects

Fiction Literature

Languages

Spanish; Castilian

«Una de las voces más personales, controvertidas y exuberantes de la literatura actual en español». Jurado del Premio FIL de Literatura 2011 En las afueras de Medellín, a mitad de camino entre los pueblos de Envigado y Sabaneta y entre naranjos y limoneros, en la falda de una montaña se alzaba la finca de la infancia, Santa Anita, mirando hacia la carretera. Desde su corredor delantero los abuelos los veían venir. «¡Llegaron!», decían aterrados cuando en la primera cur va aparecía el Fordcito atestado de niños, como si fueran la plaga de la langosta. No. A Santa Anita no la tumbaron ellos, el narrador y sus hermanos: la tumbó el derrumbe de la montaña en que se alzaba, que en una temporada de lluvias se vino abajo y se la llevó. Hoy, cuando el narrador tiene la edad de los abuelos, los días turbios del presente se tiñen de un color azul. Un libro sobre un paraíso perdido en la pluma de uno de los escritores más burlones del idioma.

Expand title description text